En este inicio del siglo 21 dos referencias mayores
son susceptibles de marcar profundamente el desarrollo de nuestras sociedades:
la globalización
y el desarrollo
sustentable, conceptos claves de este nuevo siglo que tienen una
repercusión importante sobre el modo de vida en general como se cita en Gabriel
Moser (2003).
Por
otra parte cabe mencionar que la forma de vida que se lleva hoy en día se vive
de manera acelerada debido a diversos factores que afectan el bienestar de los
individuos; la conglomeración, la falta de trabajo, la competitividad, la
economía, etc., es motivo por el cual las personas se encuentren bajo una
constante tensión, preocupación y nerviosismo y manifiesten diferentes grados
de estrés en su vida diaria.
Esta preocupación interpela particularmente a
nuestra disciplina, en la medida en que los modos de relación con el ambiente
constituyen un aspecto importante que contribuye al bienestar del individuo. En
este marco de cosas, la psicología ambiental a través de la aportación de
conocimientos pertinentes, resulta un medio fundamental para analizar,
explicar, esclarecer y comprender las condiciones de bienestar, haciendo
posible de esta manera la toma de decisiones en materia de ambiente (Gabriel
Moser 2003).
Todo intento de predecir el futuro es complicado y
más en la salud pues esta situación guarda, a su vez, relación con las
características biológicas, psicológicas y sociales de los individuos, de la
estructura social y económica, la cultura, los estilos de vida imperantes en la
sociedad, los procesos demográficos y macroecológicos y la oferta de servicios
de salud (Moreno E. 2001). La salud ha tenido mejoras alrededor del
mundo gracias a diversos sectores tanto del área de la salud como
extrasectoriales, este es un factor de
desigualdad entre países industrializados y los poco desarrollados ya que los
países desarrollados se preocupan con mayor énfasis y le dan mayor prioridad a
los aspectos del agua, las excretas, el ambiente, la higiene del medio y la
vivienda, etc., además de que se tiene que tener en cuenta que la palabra
“salud” no es sinónimo de médicos, medicamentos, hospitales, etc., sino también
es parte del bienestar del individuo, todo aquello que le rodea y le perjudica,
así como la posición de las instalaciones y el cómo le beneficia al hombre.
La
salud suele estar dominada por dos grandes bloques de factores, unos de corte
biológico (anatómicos, fisiológicos y congénitos) y unos segundos provenientes
del medio ambiente externo al individuo. La psicología ambiental solo de manera
marginal se ha ocupado del clima, de la raza o de la clase social como
variables interindividuales en el proceso de salud, como se cita en Jiménez B.
(1986).
En
el caso de la psicología social se expresa la preocupación de los riesgos que
se tienen a consecuencia de la manipulación del ambiente por parte del hombre,
pues este ha ocasionado grandes daños en la salud del ser humano, y es por ello
que a través de esto se encuentra la intervención de la Psicología Ambiental,
la cual se encuentra preocupada por estas interminables manipulaciones al medio
ambiente, además de que se encuentra interviniendo en esta para mejorar tanto
la calidad de vida como al ambiente en general.
Además
hay que mencionar algunos factores ambientales de riesgo, donde se percibe la huella
del hombre, la importancia del crecimiento alocado y del incontrolado avance de
la tecnología estos son: peligros debido a la calidad higiénica de la vivienda;
peligros que se derivan de las condiciones de trabajo; peligros que conlleva la
urbanización excesiva, la necesidad de población, el hacinamiento; peligros
procedentes de una muy diversa gama de agentes contaminantes del ambiente;
riesgos derivados del incontrolado desarrollo industrial que tienen una variada
manifestación que va desde la contaminación del aire o del agua por parte de
numerosas industrias hasta el ruido procedente de los aeropuertos, etc.
(Jiménez B., 1986); todos estos, factores que repercuten en la salud y
bienestar del individuo.
El
entorno cambiante en que nos desenvolvemos actualmente se ha traducido en un
incremento de la competencia de las exigencias para las organizaciones. Esta
situación genera altos niveles de presión, que se convierte en parte de la
cotidianidad laboral lo que propicia la aparición de enfermedades profesionales:
estrés, Sindrome de Burnout adicción al trabajo, entre otras, en las que el
factor emocional o psicológico juega un papel determinante (Duran, M. 2010).
Resulta muy difícil llevar una vida tranquila en la actualidad, esto es debido
a los grandes avances en la ciencia, y por lo cual el hombre tiene que ir al
día en este aspecto de su vida, para lograr beneficiarse en el mundo personal,
familiar y laboral.
Moreno
E. (2001) menciona que los riesgos de la globalización son la inestabilidad y
cambios no deseados, entre los cuales el más cruel es, sin duda, una
inequitativa distribución de la riqueza, la desocupación por la pérdida de
puestos de trabajo ante la entrada de productos importados, la inestabilidad
financiera causada por los flujos irregulares de capitales extranjeros y
peligros para el medio ambiente mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario